El tiempo vuela sobre nosotros, como el viento que mece las hojas, y cuando quieres mirar atrás, sientes la nostalgia de las perdidas. Si vas andando por el camino de la vida, y vuelves la cabeza, sentirás los sueños perdidos. La añoranza de los que marcharon, y que son tan importantes para ti, los que se van en tu camino, y quieres que siguieran contigo, los que no acaban de llegar, y el dolor te atenaza la garganta, porque somos tan frágiles. Tan expuestos al aire que nos mece como hojas , como pavesas, que cualquier soplo de la vida nos puede destrozar rompiéndonos, y todo puede cambiar en un instante. Y ves que no eres fuerte ni sabio, que el tiempo te empuja por derroteros que no quisiste oír, ni pensar, porque las penas están ahí, nos acompañan en el camino, que se nos puede volver montañas infinitas, sin salida, pero hay que seguir, porque el sendero de la vida, puede cambiar como la dirección del viento que nos empuja, como hojas, como una gota que gotea por nuestras mejillas, y en desiertos de nuestro ser hay oasis de agua, y paz. Pero a veces llama a nuestra puerta la nostalgia de lo que ya no queda.