El abrumador frio de invierno,
la vida reluciente de la primavera,
el calor intenso del verano
y las ventiscas refrecantes del otoño.
La variedad de seres vivos
y su aleatoriedad
deslumbra al más infantil,
que son niños y adultos.
La madre naturaleza nos enseña
que del caos natural
se crea un orden maravilloso;
nos enseña que del orden perfecto
nace el impensable caos.
Si pudieras saber lo que la naturaleza sabe
envidiarías su habilidad;
su constante transformación
fascina y enamora
a los que son uno con ella.