Limoneyes

Exilio: Entre el Mañana y el Ayer

¿Qué tan lejos está el ayer? 
¿Qué tan cerca quedó el mañana? 
Un llanto de quien acaba de nacer,
La última risa de quien acaba de morir. 

Camino por los pasillos de mi mente, 
A veces repletos de recuerdos, 
Otras veces tan vacíos como el pecho de aquel a quien le rompieron el corazón por última vez, se lo arrancaron de raíz.  

Una mente desquicia cegada por un yo, que intenta cambiarlo por un tú, un nuestro, un nosotros, un ninguno; ¿Puedes verlo? todo el dolor que siento, que llevo, que arrastro, que guardo, que amo, que odio. 

¿Qué tan lejos quedó el mañana? 
¿Qué tan cerca está el ayer? 
Un pasado que te abraza y un futuro asfixiante por no saber que hay más allá del amanecer que ves por la ventana de tu corazón.

Quita el cerrojo, abre la puerta y tira la llave. 
Si te vas o regresas, no olvides que has dejado la puerta abierta y cualquiera que desee puede entrar y tomar lo que alguna vez creíste tuyo, porque ya nada es tuyo y nunca lo fue. 

Camino por los pasillos de mi mente dejando detrás un rastro de sangre, sangre que alguna vez corrió por mis venas ahora rotas.
Camino lo más rápido que puedo, abriendo las puertas a recuerdos que no quiero recordar, rompiendo ventanas que no querían abrir, quemando cuadros de rostros confusos y borrosos olvidados por el tiempo, dejando un camino de lágrimas que lucharon tanto por salir y ahora no hay como pararlas; Se inunda todo, se llena de sueños y pesadillas, de gritos y risas, de besos y golpes, un hasta luego que nunca pasó, un adiós que trajo consigo un hola y un hola que llegó a su fin.  

¿Qué tan lejos está el ayer? 
¿Qué tan cerca quedó el mañana? 
Un llanto de quien acaba de nacer,
La última risa de quien acaba de morir.
Un recuerdo que sufre de Alzheimer,
Un amor cargado de cortisol.
Un corazón sano,
Una mente inestable. 
Un futuro incierto. 
Un pasado atormentado. 

—Limoneyes