Poeta al atardecer.

R E C L A M O S. (Dispuesto para t d Q)

 

Una mañana de invierno fría,

mi corazón puro, sin maldades,

mostró del alma sus soledades,

y al cielo sagrado las exhibía.

 

Cinco pequeños años yo tenía,

cuando huérfano fué mi llanto,

mis noches las llenó el espanto,

sentencia de soledad a mis días.

 

Han sido mis viejos días tantos,

soñando las manos de mi madre,

osado fuí en reclamos al Padre,

para mostrar mi dolor en llantos.

 

Perdóneme oh Dios, mi osadía,

por mostrarle a usted mi lamento,

quitó usted a mis días contento,

dejándome el alma sola y vacía.

 

Mi Madre era todo lo que tenía,

con sus manitas me acariciaba

su tierno pecho me acurrucaba 

me amaba, cantando lo decía.

 

Hoy noche Señor, cuando dormido,

permita vea a mi madre en sueño,

y caricias que guardo de pequeño,

las entregue al ser más querido.

 

Hasta el altar tu ruego a venido,

me habló un ángel esa noche,

para sanar tu herida y reproche,

conmigo a tu madre he traído.

 

Sentí el pecho lleno de emoción,

cuando ví aparecer un gran altar,

por ahí vería yo mi madre llegar,

para dar lo que lleva mi corazón.

 

Ví mujeres tapando sus caritas bellas

unas muy pobres, otras de seda y satín,

todas con llantos y dolores sin  fin,

porque no hubieron hijos para ellas.

 

Poniéndonos frente a frente una voz nos dijo

con amantes verbos suaves de Padre;

hijo, e ahí en ellas tu Madre,

Madre, e ahí en él a vuestro hijo.

 

 

Poeta al atardecer.

Octubre de 2021