Yo no soy chiquitero.
Cuando entrego el corazón
lo entrego completo.
Soy de los que se la juegan, de los que aman;
o lo doy todo, o mejor no doy nada.
Yo ando sin miedo.
Los chiquiteros se restringen, se limitan,
no vaya a ser que los lastimen de nuevo.
A mí no me importa,
para eso está el corazón, para hacerlo pedazos,
para destrozarlo y que vuelva a nacer…
para hacerlo infinito.
Los chiquiteros son los precavidos,
los que cargan el pasado en su mente,
los que no dejan cerrar las heridas,
son los prudentes.
Son los que ponen barreras,
los que aman poquito,
los que nunca se entregan,
los que al final se arrepienten.
Cobardes todos, siempre lo arruinan,
y por temor a sufrir,
dejan pasar al amor de su vida
Yo no soy chiquitero,
también tengo heridas,
también he llorado y hecho llorar.
Pero no me restrinjo, no me limito.
Cuando entrego el corazón,
lo entrego completo.
Si he de amar,
voy a hacerlo de nuevo.