juan jose gonzalez ramil

Sentado en la penumbra de la noche

 

                       

 

Sentado en la penumbra de la noche,

en éste sinsentido,

cansado y aturdido por las sombras,

cansado y confundido

intuyo vagamente un horizonte

bastante mas oscuro

cargado de insolencia entre mis dedos,

vacío y absoluto.

 

Me faltas desde dentro,en lo profundo,

de eso estoy seguro,

cargado de negrura ese infinito

desdichado y nublo

con ánimo de ser mi losa y lastre

embargas mi mañana,

con animo de ahogar cada minuto

del tiempo que desde hoy sumo.

 

Te fuiste y yo perdí,mas tu ganaste

todo ese amor tán puro

que tras tanto dolor ahora encontraste

junto a la luz del mundo

llenando por fín ahora ese vacío

que tanto daño te hizo,

derramada tu alma desgarrada

en el amor de tu hijo.

 

Toda una vida entera lo buscaste,

tortuoso  peregrino,

cansada soportaste ese sendero

tras años mal sufridos;

busqué tus ojos secos y cansinos

en la última mirada

y ví el reflejo de él sobre tu rostro,

acaso un leve brillo.

 

Abrázale sin par,sin sutilezas,

abrázale tán fuerte

como si vuestras almas despertasen

del sueño mas silente.

Regálale tu amor sin ataduras,

ese que tu guardaste

durante tantos años de amargura

tratando de alcanzarle.

 

Regalale sin duda tu regazo

para acunar su esencia,

aquella que extraviaste tantos años

y que ahora al fín encuentras,

aquella que por fín te ha despertado

de tanto desaliento,

aquella que seguro que esperaba

tu eternidad de vuelta.