Esteban Mario Couceyro

Atardecer.

Giraste la cabeza, rápidamente

me miraste con la boca apenas abierta

querías decir algo

pero no había palabras.

 

El sol enrojecía en el horizonte

el mar, la playa

………………………….

la tibieza de la brisa

encontró la primer lágrima.

 

Estás seguro

tenés otra opinión

desde cuando lo sabés.

 

Su mano buscó la mía

entonces

los dos miramos

agonizar el sol

en un atardecer de playa.