BAJO LA LLUVIA
La nave ya partió,
hacia lejanas tierras,
cargadas las bodegas,
de sueños e ilusión.
Ya se acunan las penas,
al suave balanceo,
y se amansan los vientos,
al ritmo del latir,
del pálpito sin dueño,
de un nuevo devenir.
Reverdece la hoja,
antes ocre y reseca,
la brisa más ligera,
ha cambiado su olor,
ya se visten las vegas,
con nuevas ropas frescas,
la escarcha nueva ríe,
sobre el frío verdor.
Huele a romero el aire,
transparente y diáfano,
cristalinas las gotas,
le quisieran cubrir,
como notas rebotan,
cuál melodía que llora,
sobre el blanco marfil,
de la nieve que aflora.
Sabe el verso a romance,
perfume de su esencia,
queda su rima en trance,
al sentir su latir,
y un coro de gorriones,
acompasan sus sones,
al vibrar el vivir,
un diapasón que rima,
en su pasión febril.
El camino es angosto,
más relajado el rostro,
acompaña a los ojos,
que miran el final,
no entiende la pupila,
no sabe el lagrimal,
del camino que mira,
más la vida palpita,
renace sin parar.
Hermosa la aventura,
que emprende la cordura,
inmersa en la locura,
de un nuevo amanecer,
una luz cenital,
que al caminar nos mira,
con la sangre cautiva,
que palpita sin ver,
recorriendo la vida.
Amor bajo la lluvia,
que humedece las hojas,
del libro del saber,
una pasión que aflora,
la lágrima en la aurora,
que pugna por salir,
y una voz prematura,
que sin pena ni angustia,
puede gritar por fin.
Angel L. Perez ®
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13/10/2021