Ben-.

Vida-.

No siento opresión

cuando me lanzan un dedo

sino cuando son cientos de dedos

los que acuchillan mis entrañas.

No siento ira acumulada

si se aproxima un viento húmedo,

sino cuando el aire se transforma

en huracán de fuerza sostenida.

El agua dulce no me anega, si la presa

que la contiene, erguida se mantiene;

mas, si en un momento, aquella desapareciese,

¡qué terrible hedor a muertos y a muerte!

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