Me gusta que llueva
sobre los techos,
sobre las baldosas frías,
sobre las testas ardientes,
sobre las dichas esquivas.
Me gusta la lluvia
tintineando en las almas,
dibujando en los pechos
corazones en calma.
Me gusta que llueva
para esconderme en las gotas,
disfrazarme de hielo
y mirarte sonriendo.