Zepodes

No sé qué pasó

Salió del trance,
no sabe que pensar.
Se despierta y es domingo,
- “¿Dónde está mamá?”


Llega el doctor,
le empieza a hacer preguntas,
- “¿Dónde estoy?”
- “En el hospital,
lamento informarte de que
tu madre muerta está”


- “¿Qué es lo que pasó?”
- “Tuviste un accidente,
tu auto perdió el control”
le informa el doctor.


Pasan los días,
se siente solo.
¿Quién lo diría?
Lo perdió todo.


Pasan las semanas
y le dan el alta,
sale del hospital
y su mente le recuerda:
- “Tu madre está muerta
y tu padre no está,
tu hijo se aleja
con tu ex que ahora se va,
los papeles del divorcio
en tu mano izquierda están,
en la mano derecha
las deudas de la renta
que no podrás pagar,
pues a causa del accidente
tu jefe te ha hecho renunciar.
¿Qué harás ahora?”
Mira al cielo y llora.


Camina sin motivos
- “No sé a dónde voy
estoy solo y perdido
ya no sé qué día es hoy”


Recorre las calles
sin rumbo específico
y aunque bien no se halle
trata de ser positivo.


- “¿Puedo salir de esta?
¡Claro que sí!
Perdí todo como en una apuesta,
pero tengo una mano aun a mí favor”


Aún puede salir,
aun puede vivir,
puede luchar,
puede seguir.


Eso hará, seguirá,
luchará, se motivará,
aunque no tenga nada
sabe bien que hará.


Ahora ya tiene un rumbo,
da vuelta a la izquierda,
ve el puente que cruzara de lejos,
saldrá de esta mierda,
lo hará por sus huevos.


Pero… ¿a quién engaña?
No tiene nada,
todo es tan extraño,
todo cambio en menos de un año,
la vida le hizo ya bastante daño
y le dio el cadáver de su madre
como regalo de cumpleaños.


- “Ahora estoy aquí,
aquel puente que iba a cruzar
me llevará a mi funeral,
la causa de mi entierro,
pero al menos estoy feliz,
ya no existe huida,
saltaré y espero no arrepentirme
en medio de la caída”.


Continuará…