Con cuanta pena llegaste amanecida
cuanto sufrir en tu alma deshecha
a la soledad envistes sola y derecha
con tu voz en la garganta diluida.
Me duele a mi mucho más tu herida
y mi boca sin sonrisa se estrecha
mientras al verte mis ojos echa
una lágrima en la pupila contenida.
Que angustia, que soledad da verte
con el dolor tuyo en ese hastío
en ese penar tan grande y fuerte
y al verte la cara de lágrimas llena
se queda mi corazón parado, frío
rompiéndome el alma por tu pena
Autor: Augusto Cuerva Candela REGISTRADO en Safe Creative