Zagreo

Soneto teológico II

Pero no cejes; porque no se sabe

cuándo pierde el amor, dónde la tierra

volteando camina, ni qué encierra,

mensaje del que nadie tiene clave.

 

Pues el Libro Mayor (y eso es lo grave)

del Debe y el Haber nunca se cierra,

y acaso acierte el que con tino yerra;

ni es nada el mundo hasta que el mundo acabe.

 

Si te dicen que Dios es infinito,

di que entonces no es; y si finito,

que lo demuestre pués y que concluya.

 

Pero no hay Dios ni hay Ley que a contradanza

no se pueda bailar. Tu muerte es tuya.

Tu no saber es toda tu esperanza.