Esteban Mario Couceyro

Haber vivido tanto.

El misterio de la trascendencia, del inmediato indefinido de tiempo

más allá del cuerpo y quizá sobrepasando el alma.

Ese impulso mágico que nos acerca a la idea de Dios

o a nuestra ignorancia de certezas explicativas.

Por qué hoy

tras haber vivido tanto

busco la verdad de las cosas simples

esas, que me acompañaron

sin yo saberlo

mientras

esperaba las maravillas

que hicieran extraordinaria mi historia.



La simpleza de una brisa

el color de esa flor silvestre

que nadie tomaría por su belleza.



Esa caricia sin otro sentido

que estar con el otro.



El reclamar el amor

sin urgencia

en la penumbra del anochecer.