Almohade

Amanecer entre astillas

 

Se fueron solos 

tan a solas como los martes

y las olas hablaban de ellos

dejando notas de amor en la orilla

consumiendose en la arena

bajo la atenta mirada de los 

paseantes,

ni las luces del último kiosko

perdido en el infinito y ahogado

entre el viejo acantilado,se

percataron de su ausencia.

Los negros murciélagos de las

rocas se reian entre las sombras.

El amor miraba de espaldas al mar

y los viejos marineros lo celebraron

con sus copas en alto.

Por fin pasaron los nubarrones.