MariaCarolina

un corazón de razón

Estás allí, parado, diciendo querer ser amado,

Y estoy aquí, con un enfermo corazón ya golpeado,

Con una desolación enraizada

que a mi alma ha contaminado.

 

No te digo, pasa y entra, que aquí serás venerado.

No importa cuánto saltes, no importa cuánto trates,

¡Que aquí, no entrarás desalmado!

 

Dices que cualidades extraordinarias has desarrollado,

Pero a mí, corazón, no has engañado.

Cuántas veces por inocente he fracasado,

Cuántas veces no fui inteligente,

y por amor, amor, me han maltratado.

 

Y no creo que tengas presente

Que a una perspicaz mujer

De ímpetu ser,

Puedas engañar con un fingido querer

 

Tan sólo eres uno más,

De aquellos que han jugado,

 que al sentimiento del amor, han profanado;

y que a un corazón como el mío, han lastimado.

 

¡Vete de aquí desalmado!

No vengas con tu falso amor,

 y con tu valiente coraje

a querer engañar a un corazón

 que de experiencia, ya se ha cansado.

 

Ferviente de amor, lo encontraste,

Y ferviente de amor, lo dejaste;

Porque hervir prefiere

por desolación,

a que por amor lastimarse,

amor.