Elizabeth Maldonado Manzanero

Salvedad

Destruidas y desdobladas mis ilusiones acechan

como un ladronzuelo en las esquinas de un pueblo mal trazado

mis manos nostálgicas dibujan siluetas en la fugacidad del tiempo

noche apresurada donde no llega el alba

mis nervios despedazados titilan como estridentes estrellas,

claman desconsolados, chocan en las paredes del cuerpo

que a penas y logra contenerlos para no lanzar la noche

fuera de la mente y el silencio entre gritos y gemidos

que hacen su epicentro en el hueco izquierdo de mi pecho

pero llegas inminente a la guarida de los recuerdos

te evoco y contigo llega a mí el aire fresco para reavivar los tormentos

te pienso, te sueño, te busco y me encuentro

salvo en las manos amorosas del tiempo,

el sol se filtra en la madrugada y de nuevo existo como viejo renuevo.