Haz Ámbar

Cuentas pendientes

Desteje hipnóticos trances,

humedece las distancias

un gris halo

de luz mortecina...

El cementerio guarda a sus muertos

en una pila,

este de oxidados hierros

que nos vigilan;

y una sombra vagabunda,

fugitiva

va diluyéndose

en el silencio de todo arriba.

Ella está tras la esquina

en la cornisa de los suicidios

viendo a las muchedumbres pasar

cada uno inmerso en su ajetreo acostumbrado,

y atraviesa los campos

como un niño en su desánimo...

La noche tras mi ventana

habla un lenguaje de sueños,

inventado

por mí en uno de mis delirios

de los que me dan tantos

y es cuando me camuflo

invisible para esta sociedad

con esta realidad que me trae abajo

de vuelta otra vez más.

Invierno en el alma

me verás

por ahí paseando

a mi fiera

pendiente de unos labios

de terciopelo y perlados,

llevando a cuestas mis desgracias

aún tal vez demasiado,

persiguiendo un brillo que se me escapa

apenas ya empiezo a tocarlo

con mis fantasmas a la espalda

insistentemente llamándome a su lado

lejos de esa luz que me da consejos

y es la gracia

de los que estamos

perdidos en un laberinto interminable

que la vida se nos hace

así de larga

hasta el hartazgo

y vomitarla

en sucias hojas

(lo demás 

importancia

es de muy poca...).