Lale Neda

AURORA

 

Existencia maravillosa ávida

las horas insistentes compasivas

 penetran a borbotones en mi tez

en mi mundo centenario fantástico

donde debo escudriñar los caminos

y encontrar la aurora que trasmuta mi ser.

 

Debutan días de oro con quebrantos,

el crepúsculo recrudece anémico

y  se une a mi pleamar melancólico,

mi alma aturdida e indefensa hierve

 vaga por la ciudad corrompida

y se mueve hacia la luz de la montaña fértil.

 

Arrincono la extensa sombra infame,

los capullos que están por florecer

y los jardines vastos por descubrir

renovarán mi polen y mi savia,

ahí emergerán mis alas ansiosas

de perseguir la aurora dorada.

 

 EXISTIR