Freddy Kalvo

Corazón cerril

Aquel noble labriego sembró el mundo de flores

surcando aquella tierra, sembraba con amores.

 

Sus manos con el tiempo se vieron agrietadas

dolorosas y tristes hostilmente encalladas;

y con lodo y espinas, roídas y rasgadas,

llorando sus luceros en muchas madrugadas.

 

Aquel noble labriego perdió sus mocedades,

cuando fue envejeciendo, mirando falsedades.

 

Y viendo cómo surgen infames timadores

que con sus peroratas y con almas malvadas,

dañando van al pobre con sus bestialidades.

 

¡Mataron sus bondades!

Aquel noble labriego terminó entristecido,

cerril el corazón, sufriendo endurecido.