Raiza N. Jiménez E.

Y aún te espero.-

Tú te fuiste con  la premura

del que huye de lo más amado.

Te fuiste sin acuerdo y apurado

¿Era acaso miedo a  mi dulzura?

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 ¡Sé que  mis besos te atormentan!

 Y, así, los deseos de tales delicias.

Mis desenfrenos y el sin fin de caricias,

hacen que tus tiernos labios mientan.

 -*-

Es que tú has sido mío y yo soy tuya.

Esa verdad es grande como un templo.

De esos templos donde dicen ¡Aleluya!

Ante  la figura celestial que contemplo.

 -*-

Amor mío, nunca  podrás olvidar

que tu alma se esconde de sí misma,

 con una frialdad  que me abisma.

Pero vendrás a mi lecho entibiar.

 -*-

Tus pasos están todos  contados.

Mis besos te guían a mi regazo

y a mis brazos que están destinados

a mantener, amor, nuestros lazos.

 -*-

¡Por eso, es que todavía te espero,

Pero sabrás que a veces desespero!

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