Siento nostalgia de aquellos veranos,
donde nadie temía al tiempo futuro.
Cada día era mejor que el anterior,
donde el progreso era placer de vivir.
Donde el mundo era para vivir bien,
veranos de viajes, playas y aviones,
exquisitos banquetes, sin temores.
Un mundo sin pecados originales,
donde lo natural era muy bien visto.
Un mundo donde no te decían nada,
donde podías vivir como quisieras.
Donde podías pensar sin censores,
donde hablabas libre sin dictadores.
Sin pecados originales, sin miedos,
sin reproches por ser de la mayoría.
Donde vivir de verdad era para todos,
sin dictaduras ni ordenes mundiales.
Que bonito era todo en el mundo,
sin locos que gobernaran todo,
sin decirte que hacer en tu casa.
Donde brillaba más el sol y la luna,
un mundo donde todo era mejor,
donde los derechos aumentaban.
Que tiempos de veranos felices,
hace tanto que ya ni los recuerdo.