Alberto Escobar

Pasaba por un parque...

 

El banco es el pentagrama 
de la sinfonía del amor. 

—Otra greguería más.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Pasaba por un parque, lento.
Dos amantes, o que querían serlo,
frente a frente, pendidos de pupilas
dicientes, la nariz ensanchándose
al ritmo sistólico de sus corazones,
sus traseros descansaban sobre un banco
de boj, ribeteados de una forja imposible,
pentagrama de un amor sin orquesta,
sin ese trombón que anuncia una genética.
Pasaba por un parque, lento...
Dos cisnes sobrevolaban un estanque,
su blancura mancillada por el polvo
que el agua recoge, ángel imposible,
epifanía que no se cumple.
Sí, ayer pasaba por un parque, y...
Chicos en mezcolanza lanzando risas
al aire, crisol de razas, culturas
al unísono —ese debe ser el mundo.
Qué mas vi ayer, no recuerdo...
Sí, vi un colchón escondido tras un matojo,
desnudo, sucio, lecho de espinas,
esperando el nocturno calor del desamparo.
No recuerdo qué más vi, voy a la cocina
a comer algo, a ver si el espetec Tarradellas
me trae memoria que poder contar.