Miguel Ángel Miguélez

ESTACIONES YERMAS

 

 

 

 

Estaciones yermas

 

 

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(sextina provenzal en endecasílabos sáficos)

 

*

 

La brusca bruma tras los bosques blancos

que gimen tristes sus canciones yermas,

al verla inerte descender al suelo,

comprenden tarde que la vida es frágil;

como hoja seca que se lleva el viento

de norte a sur entre intangibles ramas.

 

Elipsis líquidas, cristal y ramas

vencidas ya por los silencios blancos.

Recuerdos grises que, al compás del viento

adornan trágica la causa y yermas

las suaves lindes de un invierno frágil

que al barro clama cuando besa el suelo

 

su pie, dormido ante el tremor que suelo

sentir, tan claro como nieve, en ramas

de ayer, perdido por amor el frágil

altar de amparo en que se mueven, blancos,

los días últimos del sol y yermas

las brunas noches donde fuimos viento.

 

Espectros níveos al hosco viento

me llevan, lejos del umbral del suelo.

La arcilla dulce de su piel son yermas

estepas frías, lacerantes ramas

que azotan fuerte en corazones blancos

la sangre y llagas de no ser. Y frágil

 

me siento, solo. Como así de frágil

se siente el bosque que, a merced del viento,

desnudo aguanta los embates blancos

de un tiempo atroz que desmenuza el suelo,

devora el cuerpo y sus filosas ramas

que clavan hondo ante esperanzas yermas.

 

Buscando a tientas que las tierras, yermas,

al cielo brinden su semilla frágil

y brote la hoja del amor, las ramas,

la flor y el polen bendecido al viento

y dar las gracias que el Señor, al suelo,

su gloria otorga tras senderos blancos.

 

En días blancos y estaciones yermas

el suelo muestra que la vida es frágil

y el viento al árbol las eternas ramas.