Esteban Mario Couceyro

La luna y su distante frialdad

Reflejada en la pequeña charca

deformada por el beso

emergente del sapo

huye entre las ondas del croar

refugiándose en la oscuridad.

 

Noche fría

de aire quieto

con un silencio voraz

la Luna brilla

una vez más

entre pequeñas estrellas

temblorosas

por que las pueda alcanzar.

 

Pero de solo ella

me puedo enamorar

tan cercana

que mis brazos

casi la pueden acariciar.

 

Luna de intenso blanco

déjate posar

en mi lecho de mar

que entre las olas

te he de acunar.

 

Luna ya pequeña

entrégame tu amor

en la madrugada del albor.