Moisés Sánchez

El deseo de tenerte

Me atreví a deambular en tus recuerdos durante varias noches,
la luz de la luna marcaba el camino de regreso
para no quedarme en ti
siendo esclavo de tu silencio y de tus ayeres preso.


Probé las emociones añejadas en las barricas del tiempo,
caí en la tentación de revivir cada beso,
de hacer memoria y recorrer la silueta de tu cuerpo
con la memoria de mis dedos.


Con cada caricia me sentía cayendo lento 
bajando por tu verde vestido,
de la pasión, fiel testigo.


El pasar de los veranos me dio más de una lección,
sin que tu esperaras algo yo te debía una nueva emoción,
te debía mas de un baile,
más de un roce entre tus sueños y los míos,
quizá un momento donde sólo ambos existimos.

 
Hablando con tu presencia
caí en cuenta que no puedo seguir andando en este mundo
sin saber lo que es tenerte,
ignorando aún lo que tu piel esconde con recelo,
sin mirar en tu pecho tu cielo,
y en tu andar el infierno,
sin volver a probar de tus labios el caramelo,
ignorando lo que es enredarme entre tu pelo,
con el vivo deseo de hincarme a rezar en el altar de tu entre pierna,
nadar en el río de tu emoción,
beber de tu piel el elixir de tu pasión. 


Con cada verso hacerte sentir mi deseo,
no veo caso agregar unos vacíos \"Te quiero\",
cuando puedo ser franco y admitir que tenerte
mas de alguna vez lo soñé,
el volver a tomarte de tu cintura
hecha a medida de mis manos cómo aquella vez.

 

(Que sepas que correr el mayor de los riesgos, es mejor que no correr nunca por nada)

 

Si algo debo agradecerte es la motivación a la poesía,
mucho me constaba crearla pues se sentía confusa,
hasta que regresaste tu,
de mis mejores escritos la musa.