El tiempo pasa lento, decimos y, es otro día,
pasan acurrucadas las horas y se va la vida.
Ello no me inspira nada, ni miedo ni alegría.
A veces pienso que el tiempo nos hace viejos,
otras veces, concluyo que nacemos eternos.
El tiempo y las horas siempre son un tema.
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Hoy, mientras aún merodeaba en mis sueños,
supe que no hay tiempo que valga para algo.
Qué todo es una ilusión creada desde el alma.
¡Ah!, pero no es una simple alma, es la ancestral.
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Se nos ha dicho que antes de volver a la luz,
lo que somos será borrado, o casi todo, quizás.
En ello insisten los maestros reencarnados.
Algo ha de haber que, se asoman los recuerdos.
A lo mejor, son dimensiones en nuestro astral.
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Los Maestros de la luz, avisan la vida y la muerte,
no hay que dudar, hay que descifrar el misterio.
Quien ha estado muerto por instantes y regresa,
lo sabe, pero el miedo a estar loco lo enmudece.
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Volver del más allá, es una experiencia confusa.
Nunca llegas a saber porqué te han devuelto
o si vuelves a cumplir con lo qué estás pensado.
No es fácil reintegrarte a la vida desde la muerte.
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¡El SER de fe, saben qué de la muerte hay regreso
y que, el SER se prepara en su fe para el reingreso!
Nota:
La imagen es un préstamo de una tumba del Cementerio de la Recoleta en Argentina.