Amber

Inevitable

Rogando me piedes perdón
por la traición,
yo sereno, tranquilo,
te beso en la mejilla,
te digo adios inevitable,
pues fue divertido mientras duró,
pues ya sabía que esto pasaría,
desde que me crucé con tu mirada,
sabía que eras dévil
y que no habría hombre
que no la codiciara.