Luis E. Calderon Romero

A UNOS DIENTES

(Con modestia, recordando a Quevedo.)

 

¿Qué son esas grandes toldas que en la lejania se ven?

¡Oh, son unos grandes dientes!, compadece su sostén.

¿Ven mis ojos la verdad o ellos me están engañando?

¿Es un hombre el que camina, o veo dientes caminando?

 

¿Y se pueden llamar dientes a esas moles de granito,

que cuando castañetean, atruenan el infinito?

¿ Y ese colmillo cubierto de una amarillez huraña,

que así erguido me parece una cónica montaña? 

 

Y si viene una sonrisa, (escena de tiempos idos):

Todas las tribus del mundo, de antropófagos reunidos.

Y cuando pasen  los años, rebuscando en un osario,

un curioso exclamará:

¡Coronamos compadrito,un cráneo de dinosaurio!