Carlos Dguez

Luz y sombras

Viernes y sábado, qué noches tan oscuras

noches  que clamaban por un rayito de luz

entendí a los que sufren, a los que cargan su cruz

y con mi cruz a cuestas cargué mis amarguras.

 

Noches lúgubres, eternas, llenas de sereno

pero totalmente carentes de serenidad

¿por qué se me ha negado la felicidad?

Era mi amarga plegaria al Padre Eterno.

 

Pero de esas dos tristes y amargas noches

no quitaría de ellas absolutamente nada

inclusive dejaría los amargos reproches.

 

Porque ambas me han servido para valorarte

Para comprender que tú eres mi bien amada

Y dedicaré mi vida, toda mi vida, a amarte.

30/08/2010