El quetzal es el ave que tiene
del honor el mas regio plumaje;
y en su vuelo jamás se detiene
vigilando su verde boscaje.
Su aleteo de enhiesto templario
es esencia de origen homérica;
que refleja el fervor libertario
de los pueblos gloriosos de América.
El posee la gloria suprema
de brillar con fulgor diamantino;
y llevando vistosa diadema
se parece al guerrero beduino.
Los colores que llevan sus alas
es el verde color esperanza;
y en su pecho conserva las galas
que dibujan la roja templanza.
Él remonta la fértil montaña
con troyana y gallarda presencia;
y su canto sonoro restaña,
de opresión su siniestra inclemencia.
El conserva bizarra hidalguía
heredada del inca y del maya;
con la luz que le sirve de guía
y convierte en solemne atalaya.
Ascendiendo los límpidos cielos
de mi tierra aguerrida y preciosa;
el contempla del pueblo sus duelos
por la cruel tiranía oprobiosa.
Nos enseña en su vuelo armonioso,
con su espíritu alado y fantástico;
el deber impoluto y grandioso
de acabar con sistema dinástico.
¡Y nos deja su ejemplo espartano
de morir si le imponen cadenas;
que en su estirpe de noble araucano
libertad le recorre sus venas.
Autor: Aníbal Rodríguez.