Tayasal

Casas vacías

Cantos de aves suenan madrugada,
la luz se asoma en su vuelta sin previo aviso,
la confusión aparenta lucidez,
pero es solo un narciso,
 una escapatoria prematura
a parajes de justificación,
cuánto me duele el alma;

En esta soledad de la desazón,
de la adicción innegable,
de sedientas bocas chupando sangre,
de vitalidades latientes,
de jardines secos,
de quedarme dormido en el teclado,
de dolores de cabeza incongruentes,
de casas vacías,

Espacios superfluos,
de ojos cerrados,
sin lugar para un abrazo,
reconociendo el desenlace
de mi propia repetición
acepto la contradicción
del trauma sin razón.