EL QUETZAL EN VUELO

LA INFIDELIDAD ES UN ARTE

Ella siempre fue así, de hogar, de un solo hombre, profesionista exitosa:

Recatada y pulcra, como una madre superiora; vigilada por el ojo inquisidor de Dios,

Pero Él, una bestia, machista, borracho, mujeriego y pedante. Profesionista de medio pelo,

Autor de muchas noches de desvelo, de sentirse menos, postergada, ignorada, usada, objetivada.

 

Un bendito día, su indiferencia, la lanzo al rio de la infidelidad. rio caudalosos, bravo. Arrastra de todo: desengaños, celos, decepciones, enemistades, muertes, cansancios, rutinas, monotonías y todo lo demás.

 Yo casualmente libraba los peligros de aquel rio, navegando por esas aguas turbulentas, cuando la encontré, arrastrada por la corriente del rio. Herida y maltratada.

 

La enseñe a navegar, a sortear los peligros, a ser consciente de lo que era y de su belleza,

En una palabra, la enseñe a ser feliz, sin lastimar su vida, su profesión, su familia y condición.

Ella fue buena estudiante y yo un Pigmalión…los dos fuimos muy felices con su aprendizaje. Ella decidió dejar intacta su apariencia externa, pues su esencia superaba todo y resolvió ser feliz, liberar a la mujer.

 

Cuando una mujer busca en otro cuerpo el calor que su sol le niega, lo hace buscando la felicidad negada. Es el mismo cuerpo el que se lo pide, su mente quiere transformar su desierto en un vergel…quiere sentirse mujer más allá de solo abrir las piernas.

 

Todas las mujeres son empujadas a una aventura: por el engaño o la decepción y se les nota a kilómetros, cuando alguien llega a ese corazón vacío, pero no todas ellas buscan ese cielo para ver sonreír las estrellas;

Alguna solo lo hacen para herir al autor de su abandono.

 

Se hacen arreglos personales, sonríen de manera diferente. Hasta la forma seductora de su caminar invita a sentarse a la mesa para saborear ese pedazo de carne, esa ambrosia sexual; despiertan las pasiones, celos y envidias…su felicidad la centran en su media cintura, es violenta y pasajera.

 

Hay mujeres como Tú, que buscan la felicidad, la realización interna del amor, Los cambios son profundos, pero internos, hacen de la infidelidad un arte, siguen alumbrando su mundo de sombra, no descuidan el hogar y ni la luna llena, sospecharían de la felicidad que va irradiando por los poros.

 

 Saben hacer del amor, algo personal, sin herir, sin anunciar, con embeleso, como un bolero. Son lluvia suave que se precipita sobre la rosa sin   vencer su tallo ni maltratar su lozanía, son como la noche al día, como gata en celo que espera el momento sobre el tejado de la ilusión.

 

LENNOX

EL QUETZAL EN VUELO