Este corazón no sosiega mi alma confundida,
Que por las noches ruega desconsolada y ahogada,
La llegada de ese amor oculto y sepultado
En las obscuridades de mi mente atormentada.
mis labios muerden con aflicción tu nombre,
y se repite como redobles de grandes campanas,
como las de mi barrio, de la antigua iglesia,
en donde una vez prometí amor eterno emocionada.
Porque el destino juega y se encarga
Que las promesas de amor no sean validas,
Cuando crees que tu vida esta lista y ordenada,
Aparece esa persona que te perturba con su mirada.
Parece tener fuego en sus ojos
Misteriosos, candentes, cautivadores
Si su mirada fueran sus manos,
Me sentiría acariciada con pétalos de rosas
De pies a cabeza y lo prohibido las espinas.
No presiones más garganta, su nombre se dirá
Pero espera solo un poco, que me llene de coraje
Que hinche mi corazón de valentía un día,
Y le diré al hombre que me acompaña,
Que no son sus besos ni sus caricias,
Las que sueñan mi cuerpo en llamas.
El fantasma de ese amor prohibido
Terminara algún día, no sé cuando
Pero te juro, que tu nombre lo pronunciare
A los vientos más lejanos de este corazón atolondrado.