Esteban Mario Couceyro

Otro mal día.

Qué es la mentira…

sino una verdad acomodada

me dije frente al espejo

mientras inflaba el cachete al afeitarme…


Yo siempre he lucido lampiño…

pero tengo espesa barba, me dije y el del espejo resopló mirándome

con piedad…


Así inicié otro día de penosos desaciertos.

 

Al medio día

en un gris lluvioso

pensaba en mi propia muerte

y esa esperanzadora posibilidad de resucitar.

 

 

 

La resurrección, sería una nueva apuesta


la del sufrido que desea placer


ese desposeído ávido de revancha

…..
todos quieren renacer


como el otro, que nació distinto

…..
o tan solo, si fuese posible


como si mismo, antes de morir.

 

Pero no quiero tentar a la inveterada

mala suerte

solo deseo gastar lo que queda

…..

una vida, casi sin fichas

puestas en un pequeño cúmulo

en el tapete verde

donde la esquiva suerte

tira esas cartas

sin dibujo alguno…