Guillermo Bustamante

Mujer del mediodía

Ante el resplandor

alucinante

de tus ojos

me encuentro tan indigno

como cuando no tengo dinero

o se me disloca un pie

                                 y la meta final

                                     caprichosa

se sitúa siempre al horizonte.

 

Me gustan tus piernas

ligeras

como dos tardes de verano.

 

Ahora que lo veo tan claro

permite que la vergüenza

asome hasta mi mesa

mujer tibia

borrasca de parpados ajenos

piel embadurnada de misterios

aún allá detrás del mostrador

pero es que el mundo

y sobre todo yo

andamos hechos de sensibles pendejadas.