Paco Jose Gonzalez

DE LA NADA VIVO YO

 

 

Que fulgor tan silencioso,

Mucho brillo y poca voz,

Es un retablo escondido

Tras un retablo mayor.

A la derecha…. el sagrario,

¿es verdad que habita dios?

Si habita que a mí me cure

Este insondable dolor,

 Cristalitos de nostalgias

Me dañan el corazón,  

ya no sé si es por costumbre

o si la causa es amor,

amores de simas negras

en el mar de la pasión.

No me quitaste la vida,

Ni me la he quitado yo,

Pero habito en el vacío,

Con una cuita insondable,

 Con estertores de angustia,

¡qué morlaco me embistió!,

Torito de la dehesa,

Torito del alba pura,

De la “pura concepción”,

Que si Dios quiso castigo,

Castigo que pago yo,

que sentir lo que yo siento

es un pecado mayor,

se me está yendo el pecado,

¡que negrura en la marisma!,

¡vendavales que ya duelen!,

Temporales  tan intensos,

que de la nada surgieron

y por eso nada son.

Dame tú la mía existencia,

Que si la detestas tú,

hoy la necesito yo.

Paco José González