Dulce condena

Te miro a lo lejos...

Entre el bosque y la luna te persigo,

la luz pierde su intensidad cada vez que te miro.

 

Al verte a lo lejos me desespero,

quisiera alcanzarte pero y no puedo.

 

Te grito pero tú no me escuchas,

mi alma idiota y confusa por ti lucha.

 

Cuando por fin tocarte podía,

el silencio y la soledad lejos de mi se escondían.

 

El sol me sonreía, y la luna me arrullaba con el canto de tu voz,

al paraíso subí sin percatarme, de que el maldito tiempo de ti iba a alejarme.