Ben-.

Una sombra de árbol fuerte-.

Como una marioneta

hilos segados en la tiniebla,

en fósforos secundarios

orbita mi tenacidad antigua.

¿Dónde quedó mi impaciencia,

la lengua propia del poema?

Con el vientre hinchado,

lagunas de seco pelo,

ranciamente voy trotando

por senderos ya conocidos.

Y no hallando más que lo mismo

o similares, me quedo contemplando

las flores que fluyen junto al agua

de las acequias.

Como una lluvia que intenta aproximarse

y descansar sobre la tierra, busco

una sombra, de árbol fuerte, para mi cansancio;

y no encontrando esta umbría, ni aquel lugar,

procediendo mi tedio de otras fuentes

menos expuestas, y mi cansancio,

de motivaciones que ni yo logro entender,

me motiva más entretenerme con estos ditirambos,

pretendiendo no enfrentarme, cara a cara,

con aquel que más me asusta: yo.

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