Lucy Quaglia

La nieve llegaba

Acá se llegó la nieve

en el medio del otoño,

llegaba en la caminata

de la tarde del domingo

mientras te tomaba el brazo

con el grueso del abrigo,

si la nieve silenciosa

llegaba sin muchos bríos

pero igual se amontonaba

al costado de la calle,

la vereda, la nostalgia,

tan solo para el fastidio.

El frío del viento norte

no impresiona ni molesta,

solo trae entre sus alas

esas ráfagas de nieve

en el medio del camino.

Una estará acostumbrada

a que llegue de repente

sin que nadie le permita

que se acomode contenta

en el medio de la casa, 

buscanco enfriar el tiempo

con el cielo tan nublado

que da lástima nombrarlo

si se acerca demasiado

sin que nadie lo apreciara.

Salimos a comprar huevos,

casi, casi una huevada.

En mi lista de los viernes

encargué catorce cosas

y me olvidé de los huevos

para cocinar tortillas,

escarola en milanesa

con jamón en las tostadas. 

La nieve se arremolina

alrededor de mi cara,

de la tuya, de la ardilla

y del pájaro que canta.

Bienvenida sea la nieve

aunque moleste nombrarla.