Felicio Flores

Muerto en vida

Qué triste cómo la ama

y no lo ama de vuelta,

le dolió hasta el alma

y se secó como piedra.

 

Cómo duele el puñal

enterrado en el pecho 

con semejante frialdad

de despiadado témpano.

 

Le arrancaron la cabeza:

la carne de los huesos,

le drenaron las venas;

despedazaron su cuerpo.

 

Muerto en vida camina

y muerto en vida ama,

ama a la rosa prohibida 

de espinas de oro y plata.

 

Qué triste cómo la ama

y no lo ama de vuelta,

más triste es su mirada 

porque allí aún la sueña.

 

Felicio Flores