Alberto Escobar

Paris

 

Si yo te quiero
ya te es suficiente,
lo demás no importa. 
—Nieztsche cita en su Zaratustra
a Wilhem Meister—
—la cita no es exacta, es una simple
paráfrasis—

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Si me he dejado recibir
de Cupido tus flechas, 
si de un banco de ellas
solo tu flecha ha llegado,
ya con eso te basta,
date por satisfecha,
no pidas además lunas
que inalcanzables de altas.
Si eres Afrodita
a la vista de Paris
date ya por satisfecha,
no pidas aditamentos
que no me pertenecen,
que no son llave
para una cerradura
que no clausura su sacristía,
que no se aviene a convenios
exclusivos, a arcas de la alianza
que no son ni alianza ni arca,
que no abarca la cuarta extensión
de una mano abierta de meñique
a pulgar, que regular se adapta
a la carta que circunscribe 
sus derechos, su libre albedrío.
Sigue el río que te fluye dentro
y zambúllete en mis aguas,
eso sí, llévate toalla por si las lágrimas
inundan la superficie tostada de una piel
que ya anda gastada de tanta llaga,
de tanto roce de yugos y cabestros,
de tanto siniestro que no se paga.
Te pido el placer que se vende 
con moneda de una sola cara,
no letra pequeña ni contraindicaciones,
no erecciones que deban pasar 
por oficinas ni consortes,
no resortes que impidan 
que la matraca del acontecer
tenga topes ni golpes, ni desperfecto
que niegue las vueltas y vueltas 
con sonido estridente que la caracterizan,
aunque solo sea para volver al mismo sitio.
No importa, quiero regresar a mi orilla
tras zambullirme con las sirenas,
por muy afinado que sea su cante...