Pavlov

¡OH JESÚS!

Para ti Jesús el tiempo es un eterno presente,

lo que es pasado y futuro para nosotros,

tú lo ves y lo vives constantemente.

 

Aún sientes la agonía que sentiste en el monte de los olivos,

agonía que podemos disminuir

al evitar cometer pecados que se nos hace fácil cometer;

en cada acto que hacemos,

en cada palabra que decimos;

por cada pecado que no cometamos

es un soplo de alivio en la agonía de tu corazón.

 

Aún sientes la angustia y el dolor que sentiste sobre la cruz,

aún estás crucificado y crece tu dolor

por esos ingratos pecadores

que al morir no alcanzan la salvación.

 

Te lastima más la indiferencia

que esa corona de espinas sobre tu adorable cabeza;

te duele más la blasfemia

que el dolor causado por los clavos

en tus benditas manos y pies;

te hiere más un alma que se pierde

que todos los latigazos recibidos en tu flagelación.

 

Aún estás entre nosotros,

sólo que no todos somos dignos de mirarte.

Eres compasivo y misericordioso,

es más grande tu misericordia que tu justicia divina,

a pesar del inmenso dolor, es mucho más grande tu amor.

 

 

Pavlov Agüero