Sir Frido D\'Antuna

Aquiles, el de los pies ligeros.

Y justo cuando debí golpear, se torció el equilibrio y caí 

bailarinamente sobre mi cuerpo. 
Entonces, desde el suelo, comprendí que debía huir.

Medio me incorporo y afinco con la fuerza de un Dios

el metatarzo izquierdo para salir disparado como una flecha, cuando entonces 

siento una hincada en el talón.

Oh dioses de mierda !!!
¿ Para qué me quieren muerto y castrado ?

 

¿Podrían elegir

una de dos?