El amor es como una flor
cuyo capullo se abre para
recibir las bondades de la vida.
Para florecer con belleza plena
sin que lo perturbe el dolor…
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¡Así nació mi amor por ti!
Lleno de esperanzas y alegría.
Pero, quiso la vida misma
que se quedará en entredicho,
ya que, con ese amor, no podía.
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No es que yo, tu amor, no quisiera
es que sólo pensaba en la pena
que para mí suponía tener un novio
enamorado, piropero, amante de
las lisonjas y de las mujeres bellas.
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Por eso, me fui acobardando y
seguí contando estrellas.
No me podía imaginar que un
día de esos cualquiera, te volviera
a recordar y, a todas tus cosas bellas.
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Hoy cuando miro hacia los años
debo ser conmigo muy sincera,
no sé, si con este carácter mío
el amarte con devoción se me diera,
y quizás solo tendría besos huraños.
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Ya no soy aquella tonta niña,
aunque a veces, lo pareciera.
He recorrido la vida con sus
penas y sus glorias y son muchos
los pesares que he recogido
en mi enamorado andar.
Es como para escribir una
historia de esas que hablan de amar.
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Ya no me cabe ni siquiera un pesar,
me he dedicado a soñar y a vivir.
He dejado amores de lado.
Es que mi corazón está,
con tu amor ocupado.
A ti, nunca te dejé de amar.
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¡Es que así, es mi amor de raro,
por eso, lo pago caro!