Sul

Nelumbo

Tal vez fue el destello de tu belleza, o tu gentil forma de ser que me hipnotizo.

El ocaso estaba por comenzar, al igual que nuestro intento de pretendernos.

La brisa me acercaba más a ti, recuerdo como tus manos tan suaves como las corolas,

muy lentamente recorrían mis estigmas.

El rocío surgía haciendo raíces que se aferraban a nuestros pétalos

al igual que los suaves sonidos del crepúsculo que se perdían entre tanta perfección. 

El ritmo del atardecer se aceleraba haciendo inefable nuestro sentir, entonces pasó,

ese rocío que se aferraba a nuestros pétalos se desprendió en un clamor de libertad.

Cariñosamente acariciabas mis tallos que no paraban de rilar por la epifanía que habíamos creado. 

Sin más fuerza terminamos flotando como una flor de loto a la deriva.