Cae un atardecer y se multiplica en mil colores.
Un deseo que se convierte en un interrogante, y aquella melodía que se disipa con la madrugada.
¿Y si se multiplican los panes?, ¿Hasta dónde esperas que mis dilemas se vayan por una bocacalle?, ¿Estarás despierta cuando golpee tu puerta?.
Me preocupa que no entiendas este juego.
La vida es una ruleta rusa, y hoy tienes un disparo en puerta.
La vida es un murmullo de dioses inconformes.
De escaparates y estrellas.
De sortilegios en medio de la nada.
Alguna vez te arrope con mis dudas.
Me sentía el centinela de tus azares sin marido.
El quebranto oportuno de un sistema en ruinas.
El mejor secreto que mi barrio no ocultaba.
Ahora que la vida se empecina en un sólo instante.
Que cada segundo que pasa es un tiempo irrecuperable.
Y que sólo brilla lo que tu mirada decanta.
Te hago Patria y causa.
Malecón sin Habana.
Un México sin Zócalo.
Buenos Aires sin Obelisco.
Gardel sin Le Pera.
Charly sin máquinas ni pájaros.
Y un gemido a la vuelta de tu cuadra.
Pequeño e irrespetuoso.
Como te gusta encontrarme cuando el sol cae.
Y todo se parece a un reencuentro.