Carlos Fernando

TEHILIM

Dios escribe poesía,

Se viste de hermosura,

Trabaja infatigable

haciendo su morada

y acampa entre nosotros,

Israel se llama el campamento.

No logras mirarlo

por razones que se escapan

de la cuenta:

Porque eres ciego,

Porque brilla con la intensidad

de un millón de soles a la vez.

Porque Él mira tu nuca

y no tu rostro

si tú le das la espalda.

(Aunque Él está en todas partes)

Porque miras el cielo

y tú solo ves nubes,

las ves formar figuras

que se van desvaneciendo

cuando  el viento las despeina.

Porque al microscopio, tú

tan solo eres capaz

de ver células, donde hay un milagro

sin tener capacidad para

asombrarte y agradecer a Dios

por tal portento.

Porque Dios Resplandece

en cada estrella que observas

en el cosmos, y tú solo ves

mapas celestes.

Pero Él está escribiendo poesía

en una lírica que trasciende

la mente porque Es Espíritu

Intangible, pero está presente

como las notas musicales

están presentes en un disco compacto.

Él escribe poesía porque

es un Arte que ha de hacerse

con La Palabra, Conjugada

en tiempo presente, girando sin fin

en torno al universo en un segundo.

En un eterno retorno

del pasado al presente del hombre;

y de la creación tangible.

A la única velocidad que supera

la de la luz  misma,

Con una energía que no está

ligada a la materia

en la Ecuación de Einstein.

Porque Dios supera en brillo

y en tiempo y energía

todo lo que conocemos;

y lo que somos incapaces

de imaginar, y ver,

y la más infinitesimal

fracción del Tiempo,

y el más recóndito punto del espacio.

(Selah)

Dios escribe poesía,

Se viste de hermosura y trabaja

Infatigable haciendo su morada

en Israel y si le amas,

-tú sin darte cuenta apenas-

en tu corazón,

Él trabaja Infatigable

haciendo su morada.