LS9

Mi Maradona

Hoy 25 de noviembre de 2020, 
me enteré, Diego, de tu muerte.
No lo vas a creer, pero hasta este
punto llega la ironía del destino:
escuché la noticia en la voz
de un narrador de béisbol
–ese deporte que poco te interesa–
y de pronto, el récord de Frederich Cepeda
conseguido hoy, como el bateador que 
más veces se ha embasado en las
Series Nacionales, 
la prolongación de la cadena de juegos
consecutivos
conectando hit, de César Prieto, 
hasta 44, 
y la necesidad de la victoria de
Sancti Spíritus contra Pinar del Río
para mantenerse entre los ocho 
primeros de la tabla;
perdieron algo así como toda razón
de autenticidad, digo: «Todo esto
pasaba en Cuba, en una liga que 
no le preocupa a muchos,
y en Argentina murió Maradó,
a la edad de 60 años».
No me importa desmentir mi última
afirmación para seguirte hablando,
porque sé que en algún estadio andas,
pasas, asistes, y marcas… En el estadio
Victoria de Girón, Sancti Spíritus y
Pinar empataban a uno, cuando en el
séptimo inning fue al cajón de bateo
Geisel Cepeda, un jugador con tu mismo número
y le pedí 
que lo hiciera por ti.
Doblete de Geisel –en los últimos 10 partidos
se había ido en blanco en la casilla de los
extrabases– y, ubicado en tercera, con dos outs,
anotó con sencillo de Daviel Gómez la carrera
decisiva a la postre. Triunfo de Sancti Spíritus 3 a 1.

No te había mencionado que, para la historia,
quedará la celebración de tu segundo cumpleaños
–cuando chocarán todas las copas, salvo la tuya–
el mismo día que el de tu hermano de vida y de muerte,
pero sobre todo de vida: 
Fidel.
Le eres tan fiel, 
genio, y el destino a veces premia
eso,
que a partir de ahora cada 25 de noviembre
andarán ustedes juntos, matando a los que
quieren separarnos, conectando jonrones
con el pie y metiendo goles
con la mano.