Palpitas en las notas de un verso apasionado,
te siento en los arpegios, de un tango de Gardel;
te miro en los paisajes, del mágico pincel
que pinta lindas diosas con rostro inmaculado.
Te escucho en la Traviata, de Verdi iluminado;
te siento en cada rima de celestial rondel;
y sueño que tu pecho, será sutil dintel
que abrigue mis ensueños, feliz y enamorado.
Jamás podrá un poema, pintar tu gran belleza,
tu tienes los detalles de un cuadro de Monet;
que pinta de Natura, su magia sin igual.
En cada pincelada, tu imagen es proeza
que tiene el arabesque de místico ballet,
con ritmos exquisitos del arte musical.
Autor: Aníbal Rodríguez.